martes, 19 de enero de 2010

Influencias mediáticas

Ayer que releí el primer capítulo del libro que estamos leyendo en el club de lectura MAGIA EN LOS LIBROS , La represión del deseo materno por Casilda Rodrigáñez, me quedé pensando en tantas cosas...
Ideas que desde hace tiempo se vienen cocinando en mi mente, resurgieron son más fuerza aunadas a la indignación por gran parte de los roles que se nos ha asignado al género femenino y que hemos obedecido en mayor o menor medida.
Y me puse a reflexionar, una vez más, sobre el efecto poderoso, silencioso y efectivo que tienen los medios de aleccionarnos y en cómo todos de una forma u otra, obedecemos a sus mensajes.
Más allá de que sepamos que si compramos el shampoo x nuestro pelo no se verá como el de la modelo o de que aceptemos conscientemente participar en la ilusión de realidad fantasiosa que nos ofrecen las novelas y películas, en verdad, ¿somos conscientes de qué tanto nos influyen sus tramas y modelos?
Pensemos ya no en nosotros como adultos, se supone que pensantes y maduros, sino en los chiquitines que, con sólo ver una hora de televisión diaria (y ven en promedio muchísima más), absorben una increíble cantidad de imágenes violentas, ven comerciales a cuál más ofensivo a la inteligencia y programas que a pesar de estar enfocados a la niñez están saturados de mensajes negativos y sexistas.
Encender la televisión en época decembrina, es ver tristemente como la mercadotecnia no tienen el menor empacho en crear modelos con tal de aumentar sus ventas y el consumo.
Niñas en actitud materna alimentando incontables muñequitas que ya hablan, balbucean, ríen y hacen pipí y popó de mentiritas, niñas en cocinitas, niñas jugando con muñecas hiperdelgadas y excesivamente maquilladas cuyo no va más en la vida es comprar ropa, zapatos y estar a la moda, niños jugando con carritos, niños entusiasmados con el último mono megamusculoso que pega y dispara para vencer a los "malos", etc, etc.
A nuestra sociedad le ofende la idea de que una mujercita corra destrampada y trepe a los árboles o se interese en los carritos y ni se diga si un niño muestra interés "excesivo" por las cocinitas o cualquier otro juego que ostente un color rosa o características consideradas femeninas.
Si los niños están alrededor de nosotros mientras vemos series y novelas, tengan por seguro que también las están viendo y oyendo y junto con eso, absorbiendo toda clase de valores de dudosa calidad, porque hagamos un recuento: Las series que más éxito parecen tener y que se propagan como ratas son aquellas en las que el sarcasmo es el elemento indispensable y el humor se basa en una comedia de farsa o bien en los que incontables profesionales expertos pueden determinarlo todo acerca de toda clase de crímenes con sólo analizar una gota de saliva, babosadas de esas.
Y las novelas....bueno, eso necesita todo un post aparte.
Pero no creamos que Disney se salva de eso, porque para ello sólo hace falta hacer un recuento de las historias de cada princesa y personaje femenino que, con sus ligeras variantes, encuentra la felicidad eterna al momento de unir su vida con algún príncipe encantador.
Y de ellas también hablaré próximamente.
Ahora, en mi país hay una campaña masiva de comerciales de medicamentos. Es exhaustivo!
No puedes ver nadita de nada sin chutarte una docena de anuncios que prometen aliviar toda clase de malestares con sus cincuentamil pastillitas mágicas...

¿Qué mensajes estamos insertando en las mentes puras de nuestros hijos?
Y ¿cuántos de ellos los traemos inscritos ya y los pasamos sin siquiera darnos cuenta?

Hagamos conciencia, de pronto reflexionemos y estemos atentos a todo aquello que consumimos para entretenermos, para "relajarnos" y estemos al tanto de que si bien nunca es tarde para comenzar a reaprender, podemos intentar que nuestros hijos lleguen a la edad adulta menos contaminados que nosotros, practicando un consumo consciente y responsable en todas las áreas de nuestra vida.

domingo, 17 de enero de 2010

El gozo de ver a mi hijo riendo feliz y entusiasmado por la experiencia de algo nuevo, por algo tan sencillo es indescriptible, es mágico.
Agradezco profundamente a este maestro (uno de tantos, pero en mi corazón, el más importante)
que la vida me designó y deseo ser una aprendiz comprometida y abierta a sus enseñanzas.
Estar junto a mi hijo, observarlo, es un encuentro con lo sagrado y un viaje a lo puro y lo inocente, a lo que alguna vez abundó en mí y poco a poco fué encapsulándose para protegerse.
Gracias hijo hermoso TE AMO!

Hoy me subí a un columpio nuevamente y regresé a mi infancia.
Volé felizmente acariciada por el viento fresco y la sonrisa inundó mi rostro. Recordé esas tardes en el jardín columpiándome confiada a ojos cerrados para ver desfilar tras mis párpados los verdes, naranjas, amarillos y terracotas que se formaban según les diera la luz del sol.
Escuché de nuevo mi risa y las canciones infantiles sonando alto a través de los ventanales abiertos.
Recordé la jacaranda lloviendo flores violetas y el tronco caído por el que subía equilibrándome, el laurel rosa que olía dulce y el cielo surcado de las hojas altas de los árboles.
Me encontré en mi infancia, me habitó mi niña y sonreimos juntas, agradecidas por lo que fué y por la delicia de estar viva, presente en esta noche fresca viajando arriba-abajo impulsada por la vida, cobijada por el amor y acompañada por mi familia.

lunes, 4 de enero de 2010

Hoy me toca decir que a pesar de haberme ausentado durante tantos días y tener en el tintero las letras festivas, agradecidas y atareadas de las celebraciones pasadas, las fotos pendientes de los regalos, las envolturas, las maravillosas pinturas que mi hijo hizo para sus abuelos y demás, hoy sólo tengo la necesidad de hacer acto de contricción y confesarme, así que eso haré. Quedarán en pausa los buenos deseos y los incumplibles propósitos, las visualizaciones para este año que comienza y todo lo porvenir, porque hoy es mi momento de pedir perdón y de reencontrar el camino a casa, al corazón, a lo verdaderamente importante, a lo único que debe ser prioritario en mi hacer diario y eso es el amor.
El amor a mi hijo.
Estos días, tal vez inundada por los deberes, los quereres y los laberínticos ires y venires de ideas en mi mente, me he ausentado de mi hijo, he estado presente en cuerpo, pero no en alma, no en sustancia, no en corazón. Me he perdido de horas valiosas e irrepetibles de contacto cercano, cálido y entero con mi hijo por ir persiguiendo una satisfacción personal, ilusoria y breve.
Como resultado me he sentido agobiada, presionada, cansada, culpable, y sobre todo una muy mala madre, bastante deficiente!
Ahora, sé que no soy una mala madre, sé que mi hijo sabe que lo amo y que percibe mi amor en innumerables gestos y actos grandes y pequeños, pero es importante dejar esto en claro para mí y atestiguarlo, reconocerlo para evitarlo en un futuro cercano y lejano.
Me ha dolido darme cuenta de cuan a menudo me ausento de la vida, de que muchas veces intento vivir como si pudiera abarcar mucho más de lo que en realidad soy capaz, como cuando intento escuchar dos conversaciones al mismo tiempo y me esfuerzo por entender ambas, pero en realidad no estoy en ninguna en totalidad.
Me estoy cuestionando cuánto de mí doy, qué tan presente estoy cuando hablo con alguien, cuando cocino, cuando me baño, cuando como, cuando, etc, etc.
Quizá es por eso que siempre pienso que no es suficiente lo que hago y lo que soy y lo que doy, porque en realidad no me permito estar de manera integral en mi persona y en mi vida.
Es como si viviera corriendo detrás de algo que no sé que es, corriendo como si con ello alcanzara los años perdidos, el tiempo perdido, las malas decisiones, lo pasado. Y al hacerlo me voy perdiendo el presente y creo que vivo cuando en realidad no lo estoy digiriendo a totalidad, subida en este tren que no me lleva a ninguna parte a donde en realidad quiera llegar.
Creo entonces que si hay algún deseo, intención y compromiso que en verdad quiero lograr a partir de hoy, es el vivir consciente, presente y totalmente cada uno de mis días.

Éste es mi regalo de amor de mí para todos, incluyéndome.
Les deseo incontables bendiciones, conciencia, luz, amor, alegría, plenitud, espíritu, lecturas, creación, vida, abrazos, salud, dicha, gracia, crecimiento, gratitud, tribus y familias amorosas, perdón, compasión, comprensión, generosidad y buen humor!
Gracias por su compañía, sus palabras, su tiempo, su generosidad y su presencia, gracias!