jueves, 5 de junio de 2014

Desintoxicación Feisbukiana 
o
 (la búsqueda de una identidad perdida en el espejo de las redes sociales y la interné)

Heme aquí en mi primer día con mi cuenta de feisbuk deshabilitada, oh dios! Jajajajajaja!
La neta del planeta es que estoy emocionada por este experimento que hace algún tiempo me era absolutamente imposible, pero que ahora, a unos cuantos años de tener mi cuenta de feis, me resulta casi casi necesaria porque, a ver, ¿en qué fatídico (ejem) momento confundí al feis con la vida misma, con mi principal medio de entretenimiento, información y conexión con la especie humana?

En verdad no lo sé, porque fué gradual, porque hay tanta gente maravillosa, tanta información tan chida, divertida e interesante, tanto chisme, la verdad sea dicha, que se volvió muy cómodo y accesible picarle cada mañana y sumergirme en un montón de vida virtual, ir y charlar con unas amigas divinas y enterarme de "las vidas" de l@s conocid@s así en imágenes, en frases iluminadoras o divertidas, en sus fotos, en sus enlaces....

La cosa es que, soy una enamorada de la información, pero parece ser que en un punto confundí leer y escuchar con conocer y experimentar y de pronto con todo el tiempo que invertía investigando, leyendo, siguiendo y checando durante el día el feis y las pelis y el twitter y las ted talks y los cursos y blogs para emprender y hacer más eficiente tu negocio, los free tele summits que me arreglarían la vida, las páginas "espirituales" que me encantan......me perdí.

A mi naturaleza introvertida le encantó sentir que formaba parte del todo, sin tener que moverme de mi silla, pero mi cuerpo comenzó a enviarme mensajes de verdadero hartazgo tras las horas a las que lo sometí en posiciones incómodas, la espalda, los ojos... Me enamoré de lo sencillo y práctico que es poder hacer reuniones virtuales, echando la chorcha, compartiendo fotos,  recetas y demás pero me olvidé de nutrir mis amistades presenciales con la misma constancia... Me piqué leyendo cuanto artículo y post captaran mi atención y dejé de escribir lo que escucho dentro... Me sentí cautivada, emocionada, inspirada y a menudo envidiosa de los proyectos, el arte, las creaciones divinas que veía porque me escondí en esa avalancha de imágenes hermosas para no aventurarme a crear lo mío, como sea, como salga y permitirle ser, evolucionar...

Así que, aunque soy consciente de que deshabilitar la cuenta no resuelve los miedos aprendidos, ni es la varita mágica que todo lo cambia, es un pasito antojable, una pausa para replantearme el camino, las formas y los medios, el cómo y el para qué hago lo que hago y consumo lo que consumo.

EAH!!!!!

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